Soy fundadora de Casazul y mamá de un niño neurodiverso, con diagnóstico de autismo. Mi experiencia de vida se convirtió en mi pasión y en mi profesión. Hoy acompaño a padres de niños y jóvenes neurodiversos a potencializar el desarrollo de sus hijos en casa y a convertirse en expertos en su propio hijo. Padres que como yo, buscan entender como funciona el cerebro y las emociones de su hijo, y como usar su conocimiento e intuición para guiar a su hijo y tomar decisiones que impacten positivamente la calidad de vida de toda la familia.
A través de talleres, mentoría y consultoría familiar, transmito mis conocimientos y experiencia a padres que están altamente comprometidos con el acompañamiento de su hijo y buscan un método para guiar su desarrollo en casa, con metas y prioridades claras. Soy consultora certificada en RDI (Relationship Development Intervention) y tengo un posgrado en Educación Emocional.
Es un privilegio para mi ser parte de los procesos de tantas familias que creen en el gran potencial de sus hijos neurodiversos, sueñan en grande y entienden la importancia de su rol en la vida de sus hijos.
Soy Natalia, venezolana, esposa de Gustavo y mamá de Pablo y Tavi.
Consultora RDI (Relationship Developement Intervention) en entrenamiento. Apasionada de la neurodiverisad y la inclusión.
Tengo el hermoso reto de criar a mi hijo con autismo y a su hermano menor en un ambiente de inclusión e igualdad.
Soy una mamá tradicional. Estudié Administración de Empresas y mi experiencia profesional hasta hace unos 6 años había sido en el área de Mercadeo. El autismo de mi hijo Gustavo llegó a mi vida a replantearme todo, a ayudarme a crecer como ser humano, a conectarme con personas increíbles, a entregarme un propósito de vida.
Decidí trabajar con familias neurodiversas luego de haber encontrado caminos que me prepararon mejor para apoyar a mi hijo; luego de haber probado infinitas terapias, tratamientos e intervenciones; ahora sueño con poder transmitir mis aprendizajes, conocimientos y experiencias a más familias para acompañarlas de cerca.
Todos los días me esfuerzo por dar a mi familia lo mejor de mi, trabajo para dar a mi comunidad de familias neurodiversas lo mejor de los recursos que he podido aprender en este camino.
Sueño con que nuestra experiencia sirva para que otras familias que enfrentan el diagnóstico de Autismo asuman el reto con energía, paz, seguridad, serenidad y ánimo porque las pequeñas satisfacciones diarias hacen que todo valga la pena.
Es una tarea agotadora pero infinitamente gratificante.